domingo, febrero 27, 2005

Soledad.

La conocí la madrugada del domingo 27, recién iniciada la noche, el sábado había quedado atrás. Comenzó a hablar, preguntando que estaba estudiando y la noche termino en cerveza, con el amanecer y confesiones entre nuevos amigos. La impresión que me dejo este encuentro me llevo a escribir este poema.
Soledad:
La conocí una noche de sábado,
Soledad es su nombre,
y eso es lo que anida en su interior.

Solo deseaba estar solo,
contrariamente ella me encontró,
irónicamente, se llamaba Soledad.

Toda vestida de negro,
como el pasado que oculta errores.
Los mismos que intentamos ahogar en un vaso.

En la edad de la locura,
ella comenzó a hablarme de la vida.
La suya, llena de espinas y piedras.

Sus lágrimas no empañaban su belleza,
su grácil cuerpo ondulaba ebrio,
de sufrimiento, alcohol y desespero.

Si supiera lo mucho que la comprendo,
donde ella esta, yo ya estuve,
de donde quiere salir, yo se el camino.

En el lugar que hace frío,
aunque otros creen que hace calor.
No puedo decirte la salida, solo orientarte.

Soledad, soledad en el alma,
se lo que es la soledad en la oscuridad,
Soledad, no esta todo perdido.

No importa que no llames,
no importa que no escribas,
mejor seria que leas, esta nota mía.

Soledad en la mañana,
a Soledad le doy las gracias
por mostrar su alma y darme una lección.

Porque aunque no lo creas,
con tu soledad, con vos Soledad,
demostraste que nunca se esta solo.

Solo quería estar solo y así estudiar.
Apareció Soledad para enseñarme,
para sorprenderme y alentarme.

Esa noche Soledad desesperó,
pero como te dije: "todo pasa""
y esta canción termina de esta manera.

Vos me diste las gracias por estar,
yo te doy las gracias por enseñarme,
por mostrarme que no hay soledad, excepto Soledad.

Espero que mi nueva amiga lea alguna vez esto. Gracias Sole, mas que Soledad deberías llamarte "dulce compañía."

Fantasias pervertidas de ayer y hoy presentó...

1 comentario:

Mina dijo...

Sos un tierno