Foto: Racquel Darrian
"Soy un hombre de gustos simples, me gusta la dinamita, la pólvora y la gasolina. ¿Sabes que tienen todas estas cosas en común?. Son baratas"
The Joker, The Dark Knight
Para todo el que va de trampa, siempre es sabio aclarar que les va a costar. La joda siempre implica dinero. Mantener a la amante, si tenés la posibilidad de hacerlo porque ganás mucho, es una opción. Pero claramente, no es para cualquiera. Aunque seas un simple trabajador, siempre que vas de trampa, algo vas a gastar. Generalmente, muchas mujeres, sea o no de trampa, buscan salir con un tipo para que les pague una salida o entretenerse un rato. Si ves que tu amante mira más el bulto de tu billetera que el que está entre tus piernas. Mandala a pasear, pero ya. Esas mujeres no sirven para nada. Si aun te parece que podés mantenerla cerca y también en forma económica, recordá siempre que no debe interferir con tu vida normal. Que aparezcan gastos en tus detalles bancarios, que no podés explicar, es firmar tu sentencia de muerte. Siempre que puedas, usa efectivo. Nunca tarjeta, ni de crédito ni de débito. Muchos se confían como con el celular. “Lo tengo bloqueado siempre”, hasta el día que te lo encontró sin bloqueo y te pescó todos lo mensajes hot con nudes incluidos, que te manda “juan mecánico”. “Mi pareja no sabe en que gasto el dinero”, eso crees vos. Ella lo sabe mejor que vos. Lo analiza, lo revisa. Sabe que gastás habitualmente, si hay algo fuera de lo común o una cosa que sea novedosa lo va a notar. Puede que no te diga nada, un gasto extraño no prueba nada, pero le despierta sospechas. No debés levantar sospechas en lo posible. El efectivo no deja rastros, pensá en tu pareja como si fuera el fisco, debés aplicar la misma política de evasión de registro de gastos. Muchos hoteles alojamiento esconden sus nombres para no delatar a los que van de trampa, pero no todos quizás, o no tan bien como para que el sabueso de tu pareja lo huela.
Regalitos a la amante, pueden parecer inocentes, pero no deben ser demasiado onerosos. No más de lo que gastás con tu pareja o eso te delatará. Y puede que tu amante solo te esté viviendo. Hay que tener cuidado de que la “otra” solo nos vea como un cajero automático y por ello no desea interferir en nuestra pareja. Mientras la sigas manteniendo, a ella no le preocupará ser la segunda. Cada hombre sabrá si eso es lo que prefiere en una amante y sopesara las posibilidades. Mi recomendación siempre es que la amante, no sepa que lo sea, siempre dentro de lo que sea posible. Que no espere que pague todo el hombre.
En torno al presupuesto personal, es preferible siempre que la esposa o novia no sepa cuanto gana del todo el hombre. Primero, para no estar pendiente de cuanto le puede sacar para su ventaja. Y por otro lado, es que el hombre siempre puede apartar una parte del presupuesto en una reserva secreta para salidas clandestinas. Igualmente, sacando un telo, no deberías gastar demasiado. La amante que quiere que la lleves al cine, es más probable que esté buscando un sugar daddy o un financista a sus salidas. Si encima, apenas quiere tener intimidad, es más una esposa de años que una amante. Las amantes son para tener sexo, para hacer cosas que la oficial no quiere, para vivir otras experiencias. No son para mantenerlas. O puede que un día te delaten porque no le das todos los caprichos que te exigen.
De no estar casado, es ideal tener su propio sitio y nunca ir a un hotel. Es mucho más fácil de explicar, que le abras la puerta de tu casa a una mujer cualquiera, a que te vean entrando con ella al telo. Si ella tiene su casa y podés ir a quedarte a pasarla bomba toda la noche, es aun más genial. Que te vean entrando a un edificio o casa desconocida, puede tener múltiples explicaciones. Recordar siempre pensar una posible coartada si alguien te viera. Debés pensar siempre que estarías haciendo en ese edificio, si no fueras de trampa. Si fuera una compañera de trabajo, por ejemplo, la excusa que le fuiste a ver por temas laborales está cantada. A menos que se queden vigilando toda la noche, o durante horas, nadie podría saber que pasó en esa casa. El problema siempre es que alguien te vea en la zona, sin que puedas explicar que hacés ahí o porque no estás donde deberías estar.
El dinero es algo a cuidar, todo el mundo lo piensa, pero con las amantes es más de cuidado. Una amante puede ser una vividora, un parásito. Puede que busque que le concedas sus caprichos, que la saques a pasear. O puede que no sea nada de eso, pero vos mismo te mandas al frente, gastando demasiado o usando la tarjeta. La amante y los rastros que dejaría, no son las únicas cosas que debés ocultar. También están los gastos, que figuran en papel o en registros online, y que muy difícilmente se puedan borrar u ocultar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario