Foto: Monica Belucci (Irreversible)
"La persona segura permanece en guardia aún cuando se encuentra fuera de todo peligro."
Publio Siro
En el caso de que vivas solo y/o seas soltero, pero no querés que tu otro filo se entere; hay ciertas pautas que deberías seguir. Lo primero, esquematizar un sistema, cada uno se hace el propio. Una serie de pasos, que pueden estar anotadas, en código claro, para que nadie más entienda. Cada uno sabrá que debe hacer para borrar los rastros, pero aquí van algunas posibilidades.
Sacar las fotos de la novia de la casa, esconderlas en un cajón, de ser posible no tengas fotos de ella. Ninguna amante se siente celosa o da problemas si no sabe que vas de trampa. Luego, recordar devolverlas a su sitio original, este es otro paso en ese sistema privado.
Limpiar el baño, tanto si lo uso para bañarse como si solo pasó una vez, pueden quedar cabellos. Que si encima son de otro color te pueden delatar más rápido que un informante de la policia.
Cambiar las sábanas de la cama. Nunca usar la cama matrimonial, para eso ver el apartado anterior. Pero si es tu lugar de soltero, cambialas luego de cada encuentro. En especial, por el mismo tema de los cabellos, pero puede que haya manchas, algún perfume, lamparón de pasión, etc. Si no sos de ser fanático del aseo, volvete uno. Reglas cuatro, el infiel debe ser pulcro y detallista. Si sos obsesivo es mejor, aunque no si es en exceso patológico.
Pasá una aspiradora por todos lados, eso borrara posibles anillos o pendientes, pero en especial cabellos de la amante. Si no tenés una, comprala, será tu mejor amiga borrando todo rastro.
Olores. Prendé un sahumerio o todos los que se pueda, usa un desinfectante en aerosol. Tapá cualquier aroma de la otra mujer. El olfato de tu novia se puede volver más sensible, si sospecha.
En el caso de cuidarse con preservativo, cosa que recomiendo, a menos que ya haya confianza con la amante. Contabilizá los forros que usaste. Esto parece de obsesivo, pero mejor saber donde fueron los forros usados, los sobres de los mismos, las cajas en que venían, sean de tres o de seis.
Sacá la basura. No importa si está casi vacía, sacala afuera, a la calle, ni siquiera a la puerta o al hueco del edificio, de estar en uno. Los forros, la cómida, algún cabello; cualquier cosa que ni siquiera te imaginás puede quedar ahí y delatarte. Es mejor tirar una bolsa casi vacía a que tu novia vea un forro usado que no reconoce o comida que sabe que no te gusta pero que le hiciste a tu amante.
Limpiá siempre, para que el día que no se vieron, no sospeche. Cambiá las sábanas regularmente, sin un patrón definido. No ser predecible es esencial. Regla cinco, no ser predecible, que no te vean venir.
Si la cama es de dos plazas y dormís de un lado, hace que tu amante se acueste del lado que vos usas habitualmente para dormir. Aunque siempre después de un encuentro, lo mejor es cambiar todo de la cama, desde las sábanas hasta las cobijas. Puede que un olor quede en el colchón y eso te delate. El desodorante en aerosol es un buen aliado y el perfume es mejor. Usa siempre perfume al cambiar las sábanas no solo para tapar rastros o trampas. Si nunca perfumás o desodorizás la cama o la casa en general, puede levantar sospechas que de repente te bajaste un frasco de esencia de vainilla. No es recomendable los olores fuertes, la falsa creencia de que taparían mejor es fatal. Esencias sutiles, olores indefenidos pueden confundir más que un pefume que haga contraste con lo que se intenta tapar.
En mi experiencia personal, es mejor tener un juego de sábanas escondido para usar con la amante. Cuando viene la oficial usas el de siempre, para cuando viene la otra, lo cambiás. Para luego regresar al primero cuando está por venir la oficial. Sería más simple, cambiarlas y listo me dirás, pero que tal si, esas que usaste con la pareja oficial las pusiste tres días antes y ella lo sabe. Sería raro que de la nada las cambiés por nuevas. Por eso, si solo las cambiás una vez por semana, deberías poner esas provisoarias, volver a las primeras que usaste estando tu pareja. Y recién cambiarlas en el tiempo que lo hacés habitualmente. Esos cambios sutiles de rutina llaman la atención de la mujer y levantan sospechas. Hay que tener cuidado de no hacer movimientos raros en la vida cotidiana.
Fantasías pervertidas de ayer y hoy presentó...
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